Estética como labor.
Poesía.
La
poesía siempre ha viajado, siendo memoria la cual habita el plano, memoria
poética la cual reposa en todo, sus signos siempre han manifiestos, arte
implícitamente, tras la configuración de la subsistencia. Nace la experiencia, arte
cómo forma de expresión con relación a lo cuál parecía in-manifiesto,
evidencias; el no silencio ha sido respuesta cuán contestación a la crisis, la
catarsis exprésa en la mutación entre éstados.
Dialéctica
El proceso de formación da transformación erguida a la
crisis cuán parte evidente. Transcurso, la mutación y la transmutación, forma es-en-sí-al
entre idealización hacia manifestación, paso
entre línea de pensamiento y concepción proyectual. Percepción hedónica,
postura estoicista ser o así debería, trae una simbiosis evidente tras la
búsqueda entre lo ideal y lo idóneo. Seré quien deba ser, pero en la forja el
transito torna al cambio. Seré quien pueda ser, aunque en la prueba debería ser
quien quisiera ser, aun siendo lo único lo cuál he podido, lo cuál soy. A través
del esfuerzo he superado la expectativa, em pero la inconformidad sólo me saca
de la caverna para ser quien sea, por quien o le qué he sido.
Belleza.
El habitad ha tornado carácter en apariencia, esencialidad,
he sido nada, el entorno me ha refugiado y dándome partes de sí he podido concebir
existencia. Sólo en la lucha por la convivencia he encontrado coexistencia, sólo
soy una parte en materia de lo cuál me ha brindado la madre tierra, y en sí sólo
soy en condición de lo qué he alcanzado a manera de experiencia,
espiritualidad, así puedo decir qué he sido inteligible en relación a la
virtualidad semio-sistemática de la cual
flujo al lado del individuo del cohabito, aun así amo con amor universal aunque
tampoco puedo evadir al pudor o al eros.