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miércoles, 25 de septiembre de 2024

Cuentos del conflicto. I La Mocha.

 I

LA MOCHA.


Los movimientos casi controlables de su pecho, pues las palpitaciones de su corazón pareciere que no tendrían un lapsus de limite, tanto en replicas cómo en la presión.

Despertó anonadado del lapsus de casi pánico, pues la perspectiva abismal entre su ciclo de concepción de irealidad y reencuentro en realidad, le han traído la sensación vana de sentir un calambre en su pierna, pero la diferencial le ha casi que dislocamente hecho por un lado entrever su cumplimiento con relación a su meta de mocha, un poco mas adelante a su concepcion de irrupción de su servicio, no había despertado abbrutamente de su ciclo de sueños y despertares, antes de su primer año, ya la barrera, le puso hasta el deleite de su remesa de antigüedad, pero fue sólo instaurar un camino sin proyección lo cual le condujo, hasta entrar en su razón de estar, la luz en los cristales filtradas por la cortina le hicieron verse en su habitación, pero el entumecimiento y calambre le dió a un encuentro mayor. El resquebrajamiento en aumento por las roturas de las ramas y arbustos cercanos a su punto de crisis, le restaba oportinudad de conducirse libremente, pero el traquear incesante de los matorrales de un momento a otro se convirtió en series de ráfagas incontroladas, contra sus humanidades, y el grito de uno de sus compañeros en descanso, sólo ha sido en recuerdo en transito.

-emboscada-

Para la madre del resto, él solo con su arma y sus impulsos de vida, no alcanza su armamento de acompañamiento para su munición plena, sólo su fusil y su proveedor estándar, le conducen instintivamente al refugio en algun hueco tipo trinchera con el fin de improvisar su respuesta, pero nunca entiende en sí en su acto de reencuentro y proximidad, cuando aún entrando a su escondite, una sola fibra de cabulla, le destapa un resplandor infinito, en su brillo le ilumina pero le revienta tanto las fauces cómo la cara, y le enceguese enseguida, y el exceso de fulminación le apabulla el ser, al punto de su sistema nervioso dejarle uera, y siente así un calambre recorriendo fuertemente cada poro de sensibilidad, perdiéndose enseguida, y trayendole hasta su cama, pero en búsqueda de su pierna derecha y al no hayarle plenamente busca el contorno para hubícarse su prótesis y salir por otra calada de su cigarrillo de marihuana anestésica, así estira su mano, pero al volverla así por no haber podido agarrar algo, nota como su pierna al fondo sigue en su lado, milagrosamente y recuerda la diferencia pero retorna la imposibilitación al intentar agarrarla, y es así cuándo cuando se sienta al bordo de su cama con dificultad, y en su último intento sorpresivo, ve su mano desvanecerse al intentar agarrar su pierna, y en su manquez absoluta piensa para sí.

-no ha sido mi pierna aquel capitulo de los 8 meses de servicio militar obligatorio, es perdida de recuerdos quizá aquellos 12 meses de esta realidad la que me ha dejado sin braso./  

con el cigarro en su boca agradece mientras humea y discrepa para así en vos baja.

-quiza volviendo al sueño algún día termíne aquel servicio por completo.

Feliz año.

 El cielo está puesto en la parte más oscura del firmamento, justo allí, donde ha orbitado tanto el final como al principio del año, las nub...