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miércoles, 20 de noviembre de 2024

Clase de sol en la tarde B - 1

 1. B


El sol ya casi pasa de la parte media de la tarde, la campana en cualquier momento bien podría sonar, el acantonamiento en un cuarto enigmático de tantos jóvenes, con tantas lesiones y por tanto tiempo, mantiene al pequeño niño ido a una realidad extrambotica, de hiperconectividad neurologica y de hiperactividad motriz, de la hiperactividad, casi hasta el colapso emocional diario, aunque en la adaptación escolar, el ya ha aprendido mas a disimular que a autocontrolarce, y le parece casi verse al lado de los chicos del curso, pero de los grados menores, quienes al igual que el ya toman clase de punto en el asunto, sólo que en los grados bajos de la doctrina educativa, de la institución educativa de la vereda el roble, quizá  el primer salón visto en la historia de los altos, peladeros, rodaderos, planes y cumbras de la cordillera andina aunada, cerca cualquier otro corregimiento de la extensión geométrica en la dimensión patrica, la cual cualquier roble o cualquier robledal, le hubiese dado el nombre de adagio aun sin mapeo cartográfico definido y mas aun sin razón de punto de existencia fijo, pero allí aun sin trazo definido, sin catalogación gentilicia reconocible, sin mención vitalicia de taza, o de referencia enciclopédica o mención resurgente permanente frecuencial o modulativa, existe aun sin fronteras milimétrica establecidas, sin dogmas de existencia percibibles, o sin rituales mas allá de lo acostumbrado. Y recibe clase el chico, aunque para el tiempo joven, pero para el proceso viejo, casi catorce años para estar en quinto de primaria, o de sus complices que de entre 8 a 10 años, ya inician las sendas educativas matutinas, idas por pensum educativo de basics, y apenas entran a primero e iniciaron, empero para los años del inicio de los tiempos ya casi todos están predispuestos para los aprendisajes de las tablas, aunque no pareciera bien, para el nacimiento de la escuela pública elemental y de primaria, y más ha series de  jovenes quienes pernotan casi por instinto acompañado, la concepción de la existencia y aún sin concebir en estos la adolecencia.
Pedro, se distrae, se descentra y se recoje pero aun sín adaptarse al plano, sín dar manejo en pleno, y aún así parece autodominarce, no casi autodeterminarse por impulso, pues por lo menos no tiene ya más ganas de ir al baño, pues ya se vale por sí y no haya dicho, seña o postura, o figura o forma distractora valida, y evita en todo ha no evadirse más de lo justo, y se haya qué no mancha más pizarra que de lo justo, y ademas reconoce el plano mínimo de uso entre primero y secuencia o determinantes según su postura y su agrado, ya aún sín ni por lo menos vislumbrar al hecho sonero en la existencia y ni la mas remota proximídad de pueblo de lo cuál sería a futuro en la colegiatura. El en su inocencia de campo, ha visto la flor de la cual el néctar le ha envaucado, y el temor de verse mal ante su amor vislumbrado, lo cual no entiende, así bien, le pone en su razón de manejarse en pleno dentro del marco común, para no inferirse en su proyección de persona favorita.
Ella toda con su delantal por encima del vestido, y sin lucro para enaguas de boleros siempre, indetermina casi que anulando por completo la existencia de los demas chicos varones en su plano de existir, además de aserce pionera del grupo de procesal, para la instauracion de un sexto grado, ademas de haber pasado casi por encima de alumnos querubezcos o lucifericos, quienes desde grados anteriores le observan, y ella se da postre de lustrera pero tambien se pelea entre chicos y chicas su hegemojico poder multi disciplinario. De rostro fino, nariz pulida la cuál casi parecería esculpida de lo perfecta, en semejansa de una obra de ensueño.
Él con sus shorts de cargadera, con las esperanzas de los sueños, con botines de caucho, la bota casi por la mitad del tobillo, sentado en su pupitre, recibiendo ajuste doctrinal, no está sólo frente al maestro en letras con su hermano, se haya en el salon de las clases, en la escuela montunesca granadina, allí ni la quebrada mas próxima se siente, y todo parece ausente, pero se ha encontrado serca aunque fuéra de un márgen común, en la posibilidad de acceder a su clase cotidiana, lejos de otro márgen, en los cantos y en el aprendisaje de lo básico, complementado a su educación complementando a su todo,  precísa lo diferente, el cambio existe delante de las aulas, y allí, lejos del parque, la primer placa condicionada para su educacion, en la ruralidad, las miradas aveces hayan afinidad, la clase es cuasi distractora, la doctrinal dentro de un mismo salón segmenta. Los tiempos de los grados por filas, la bandera inicía a existir, el amor cubre las doctrinas previas al recreo, la enseñanza modelo, los jovenes apenas hayan los salones para las clases, el cabildo permíte igual asistentes, los nasa, o el campesinado en conjunto, esto ciñe la cepa conjunta, esto determina la aflorante raza, ya tiene a los voluntarios menores tras las aulas de clase, la gestal de ideario se haya para menores, se aviva la lucha tras el analfabetismo. De encuentro dos miradas casi aún infantes, casi diferenciales y adelantadas, las cuales se encuentran dentro del arco del aprendizaje, y se distraen de nuevo, el profeser continua por las filas organicas de los grados, todos quieren ascender a quinto, todos quieren izar bandera, todos se quieren, menos ellos, pero en su juventud, apenas se encuentran, y la empírica y rutinaria ludica de la vida del campo, pero lo libre y febril que resulta la independencia y la pureza de las bordes del monte, y no sólo en sus aguas, del márgen de la selva virgen y el inicio de la vida, pero el inicio del amor conjugandose, y la inocencia repele las pretensiones, la intención perfila el proceso de castrinación, y los furores de instinto se difuminan casi cómo los tiempos sin función, ya a los jovenes les encanta y les lleva a compartir sus noblesas, la guerra quiza se haye en una distancia prudente, pero la educación es el primer fuerte de defenza para el progreso de los pueblos.
Un cristo arriba de la pizarra comenta del estado laico instaurado, él vuelve a querer perder la mirada en la ventana, el despeje de los cerros, las tapias de la escuela vieja, las listas de apellidos, todo gira en un mejor tono, los cuadernos de apuntes en hojas, las pizarras de apoyo, los morrales y las mochilas, los ajustes y los carbones delgados cómo las minas actuales, y el papel encerado y el collage, y los casi papiros en bruto, las filas están casi exactas. 

Feliz año.

 El cielo está puesto en la parte más oscura del firmamento, justo allí, donde ha orbitado tanto el final como al principio del año, las nub...