Por:
Manuel Carrasquilla.
Nada ha sido regalado para el equipo que por extensión
representa a la gran mayoría del litoral colombiano, la tierra del sol, el mar
y la arena, se ha visto representada como un róji-azul, el equipo atlanticense
de la estrella boricua o la estela cubana, que con el acento malagueño, ha
emprendido una carrera que le ha mantenido a través de la historia desde su
nacimiento en la gran escala de la A profesional para el futbol colombiano, un
equipo histórico, que ha demostrado su estancia y que se ha disputado entre los
grandes la mantenencia del puesto dentro de las tablas de medias de posiciones,
y que quizá en los últimos 20 años solo, en mínimas ocasiones se haya quedado
por fuera de los octagonales finales, y más con la euforia costera, dado a la
doble serie del campeonato anual.
extraño es en realidad que un equipo de
categoría y nombre solo cuente con 9 títulos en su vitrina, aunque así tal
espacio está designado para apostar por más títulos del campeonato profesional
de liga, solo en 4 ocasiones se ha quedado por fuera, em pero los campeonato
accedidos y los subcampeonatos resaltan al Junior como un equipo de rendimiento
alto para el futbol colombiano, estando dentro de los 100 mejores clubes
futbolísticos profesionales del mundo, un ranking ponderado desde las victorias
anuales de cada club, el junior a nivel global es el equipo numero 65 (Fuente
revista Semana), aunque en 2019, prévio a la llegada del
covit al país, en el año tál llegó a
estar en el puesto 27 del ranking mundial (fuente el Heraldo),
de esta lista de equipos ganadores actuales, el cabeza de lista es el Chelsea
de Inglaterra, equipo donde en antaño actuaron Radamel y Cuadrado, equipo actual
campeón de La Europa Champion League. estos jugadores actualmente juegan en
Rayo vallecano casaca #3 de la primera división Santander Española y en Juventus
casaca #11 de la serie A Tim Italiana, respectivamente. esto denota que el
junior de Barranquilla tiene los pies bien puestos sobre el balón, no solo
históricamente y sí presencialmente, ya que ha sido uno de los grandes
aportantes al espectáculo futbolístico, pero también ha sido uno de los equipos
que desde sus trabajos por individuos a aportado grandes jugadores al futbol
nacional y al internacional, dando a determinar lo importante de un club que no
solo invierte en su nómina y si también se ha interesado en un plantel estable
y en instaurar planta y base de juego así como en apoyo participe de hincapié
en escuelas del deporte, así la relevancia al club surge como la de un equipo
que gracias al creer en lo suyo, otros agradecidamente han devuelto la
confianza tal.
El
junior como un equipo que nace para alimentar el espectáculo futbolístico, ha
logrado mantener un alto nivel competitivo, para lo que en realidad muestra la
exigencia del futbol profesional de la Conmebol, la producción de escenario,
jugadores, cuerpo técnico y un grupo compaginado de inversores y acreedores,
dan la certeza de la existencia de un club, y que tal fluya en la realidad de
los marcos, referenciando nombre y plantel de alta competitividad, habla de la
mantención de una serie de títulos, que en referencia sean unas estrellas que
mantienen el nombre de una institución comprometida con el juego ajedrezíaco,
el futbol aéreo ha mantenido la referencia juniorista además de la gambeta
típica de la costa atlántica, donde los juegos a orillas de la inmensidad oceánica
deja entrever que la calidad y la calidez del juego que ha desarrollado el
equipo caribe, le ha dado el respaldo de mantener sus títulos y de mantenerse
al tiempo en la lucha por aumentar su vitrina.
la forma de percepción del juego sobre el
nivel del mar a traído una especialidad del tinte cálido y comprometedor, al
futbol colombiano al punto de este demarcarse como color propio de identidad
del deporte nacional, así a nivel nación siempre se ha de tener como referencia
al junior, a la costa, a los tiburones y al Roberto Metropolitano.
Reconocer la capacidad de implantación y los muy reconocidos
jugadores que se han hecho estrellas en el junior o que han pasádo siéndolo,
definen el carácter de la velocidad de un juego que en su carácter
contestatario ha demostrado tomar un rumbo propio y así ha sido el juego
juniorista, rebelde, básico y empírico, la poca doctrina táctica le ha dado
calificativos de un plantel sin norte, pero al analizar el tracto futbolista
develamos que en tal ha habido una dirección dentro y fuera, aunque mas
esencial que pasional, mas por la necesidad de superación que por el deseo
mismo, el plantel de los chicos de las arrebolas del litoral, de las playas y
el bole-e´trapo, que descalzos han disputado sus propios juegos a razón de ser
parte de un realidad prima, y que la necesidad no les ha quitado el sueño de
jugar, de celebrar con champeta o brindar mamando ron.
los piratas del caribe colombiano viajan en
tiburón, y allí la crudeza del velar las costas, da un tinte de superación o supervivencia;
y ya esto de las calles al lado del deseo de superación, por el plantel
juniorista han pasado no solo como canteranos y si también memorias del futbol
profesional colombiano y suramericano, como Willintong Ortiz, Leonel Alvarez, Faustino
Asprilla, Macnelli Torrez, Ivan Rene Valenciano, Tren Valencia, Carlos “El Pibe”
Valderrama, Marquiños. Alex Comas, Hayder Palacios, Jorge Diaz, Teo Gutiérrez, Geovany
Hernandez, Carlos Baca, Edison Toloza, Roberto Ovelar, Luis Narvaez, Luis Díaz
O Miguel Angel Borja, entre otras de las estrellas que hoy lucen en el
firmamento aparentemente liviano de los caribes Juniorista, sin hablar de las
series de arqueros que han denotado la importancia de los piratas del caribe en
el futbol Colombiano, y la FMF haciendo su contante revocación en los barriales
donde crece el futbol y la cantera Madre del futbol de Campeones.
Para
lucir las estrellas hace falta una vitrina especial para el cuidado de tales,
lo cual se dificulta si tal debe ser para la exhibición y mas para estrellas
vivas, así hasido de dificultuoso mantener el campo de futbol Juniorista, dado
a que un desierto al lado de la costa, mas parecido al basto campo
Saudie-Medinense, donde criar pasto es un acto de Heques Petroleros, así de
complejo a sido mantener al metropolitano, y mas cuando no solo abriga en su
conjunto, al junior ya que en sí tal se ha convertido en la casa primordial de
la selección Colombiana de futbol mayor, allí el campo de juego se ha
consagrado y a mostrado el arraigo y la importancia del balompié, para la
nación Colombiana, podría ser en “la Pecera de tiburones”, o “el Malecón oceánico”
o “La Borda” o tal vez “el acuario /de las estrellas/ atlanticense”, o como
evocan a los caribes “El Circuito Atlante”. Sea así o en Cualquier adagio grandilocuente, que denote
la importancia del centro de eventos deportivos futbolísticos, mas importantes
del país, de ahí que la casa de la selección Colombia quede en el recinto, aun
con altibajos centígrados, de referencias enormes, la magia del estadio que se
ha transformado en un bastión donde la decoración, la algarabía y la rumba se
hacen parte del espectáculo de aporte en un escenario en permanente condicionamiento
y estructuración, la capacidad máxima del futbol colombiano para el albergue de
hinchas, donde alrededor, de 65mil espectadores rotundan los máximos eventos,
allí disputados. Allí al igual, también se ha disputado la primera B nacional,
y ha sido el atlético Barranquilla y Uniautonoma quienes demostrando la gran capacidad
deportiva y de despliegue, llevando a estos equipos a la primera A, las finales
no han sido pocas, pero la definición de Localia que ha llevado 5 veces a la
Sele al mundial FIFA de Futbol, ya da un orden de competitividad y de homenaje
o respeto para la casa de los caribes y de los Atlantes.
Los
tiburones han sido unos de los mayores barristas del futbol profesional
colombiano, donde además de seguir a su equipo a diversos lugares, han tratado
de vivirse el futbol en paz, y de defender la casa que hace de Localia tanto
del Junior como de la Selección Colombia, la casa demuestra el valor por la
localía, y la territorialidad además del progreso arquitectónico en
infraestructura, donde no está el cupo del Camp Nou, o el techo del Santiago
Bernabéu, o la hinchada que asiste al Giuseppe mesa o al San Ciro, pero si la
que asiste y que se sigue preparando ya sea en pasto seco o humectado.
Los
chicos del aparente olvido estatal son solo los nativos abnegados de la
realidad del territorio, el juego de la pelota anexa la evolución de las
replicas del certamen de a pie, para traer el soccer a una postura clara, donde
el esfuerzo de quienes han demostrado sus capacidades acrobáticas, tácticas y/
o técnicas trae un cupo entre miles para lucir una camiseta original en un club
oficial, “muchos los llamados pero pocos los elegidos” (Yeshua) como dijo el
gran maestro Jesus, y ha sido lema
juniorista por décadas; pero como hacer en una tierra donde en la idiosincrasia
de quien triunfó de verdad fue quien relució en los medios, o quien dió el
golpe certero, así fuese exponiendo la cabeza o el talón, más el talante no ha cerrado
las puertas a todos los chicos del litoral, y hemos visto como en la super
producción futbolística, Muchos jóvenes y hombres caribes han tenido cupo para
participar en clubes a lo ancho y basto del globo terráqueo.
Así
el Junior, el nombre del chico o del hijo resaltado llega a las posturas en
creces de salir a demostrar la capacidad de montaje de su tierra y vive allí
esperando a que su juego pueda desarrollarse al máximo y siga creciendo.