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jueves, 2 de mayo de 2024

Inferencia. Capítulo 3.

 



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El día de sol se ha abierto por entre la cordillera del frente, la tierra se compacta, el barro seco qué ya no será arcilla, se afirma entre los caminos y las escaleras improvisadas, los peldaños toman forma mientras se moldean a los pies de los labriegos quienes marchan a sus labores, sí la jornada se parte, ya habría algo para hacer la vida, los guetos de Praga aun no admiten a su futura Varsovia, pero la separación de los nodos, aún no se reconocen cómo barrios de una comuna en tránsito, aún la invasión inminente cuenta cómo barrio marginado, el desconocimiento del ligue a las campañas de aseo primario de los comités de H, Abad y G, Reyes, para el condicionamiento de la vida en los guetos los cuáles suenan ha convertirse en barrios populares.

El sol sigue en alzas y las labores en función llaman a labor tras labor, entre los individuos, los cuáles levantan el peso del barrio cómo cargadores, se sortean el soporte para llevar por sobre las escalas los pesos mayores, pero aun sabiendo qué ha mayor aplomo, mayor retribución y así mayor dificultad; Uno de los chicos ha decidido hacerse al bien primario, así del peso se solventa parte de parte, en la carga para traer flujo, además de órbitar entre la búsqueda de autonomía económica, para su peso con el esfuerzo máximo, levanta un par de ladrillos, invocando al progreso, por el cambio de 20 pesos por ladrillo subido, cada ladrillo de 3 huecos, lastre ocre, con las líneas las cuales se marcan al peso, y los pasos tambaleantes por los casi 6 kilos en total, y los pasos casi firmes templando al paso la arcilla la cual se convierte en escalas, y el polvo de la tierra apenas se levanta y se da en base a la lucha mientras camina escalando lento, subiendo los peldaños, por entre los obreros y los jóvenes quienes se cargan el soporte y los cigarrillos al hombro; El pequeño observa, el paso intermitente suyo, pero siente próximos sus 40 pesos, y así sube de ha poco con la carga a sus espaldas, ya casi en la meta, para arreglarse la lidia de unas 65 escalas en vértice, busca el acomodo del descanso y de tal forma qué pueda realistar la carga, así con los zapaticos remendados, la pantaloneta con la nomenclatura del número 2 de su selección nacional, numero casi borroso, toma la camiseta para ìmitar a los trogloditas los cuáles hacen de compañeros y comensales, ya con sus mejillas coloradas, y con las primeras gotas de sudor por el esfuerzo, ùbica su camisa al hombro para diezmar el talle evidente y toma de nuevo su par de ladrillos asignados, y justo llegando, recordó la importancia de su estudio y asistir a clase, lo malo de las golosinas y el exceso y las afecciones parasitarias producidas por tales, además de lo perjudicial del sobreesfuerzo para alguien de su edad y talla, y de lo cómodo qué estaría en casa de no haberse comprometido mièntras, ademas de su pose de casi llegar a su meta, y así ve cómo ha pesar de haber acomodado su gran ladrillo tal resbala por encima del otro sin poder hacer nada para evitarlo, y él quien viene en más cuarenta de ganancia, ha reventado una escultura rudimentaria de 60 pesos, en mas de 40 pedazos, sobre el único y corto tracto de camino en pavimento, para todo su trayecto de carga.

Feliz año.

 El cielo está puesto en la parte más oscura del firmamento, justo allí, donde ha orbitado tanto el final como al principio del año, las nub...