Una noche.
-Empaquen todo qué ha llegado el camión- susurrra el cabo de la unidad de instruccion de lanceros, y en cada carpa con la luz de su reloj enuncia la orden -tenemos media hora para empacar, formar y embarcar.
No hubo más.
Alistar y empacar, la tropa dispuesta en la orden.
El joven aún confuso por lo sorpresivo del desplazamiento de base, no concibe la ida sín tenderse a lo pronto de la partida, su arma está puesta justo en el plastico de cubre suelo del acampamento tipo vig back, para trópico frío, en una longitud de 2700 metros de base sobre el nivel del mar, el efecto solar da, un clima fresco pero algo frio, la humedad se neutraliza un poco por la densidad de las montañas, el agua fluye allí por grandes cantidades; El alta campiña, la gran cumbra dibujando cuencas en las proximidades de los picos, el viento fresquea y hela los valles de las alturas, cómo un águila, se hace al tiempo y despacio, con la menos luz, con el menos ruido, con la menos bulla, va desarmando su vivienda movil, y arma el morral, mientras su lanza, arma su equipo de igual forma y disponen de alistar todo lo posible, sín acelere y de manera impecable.
Al despertar había vuelto de una manera extraña, y un raro presentimiento le invadió el todo, él en su tropa concebía ser parte de la frontal de lucha, más el adoctrinamiento ideológico de las fuerzas armadas le ha dispuesto a él y al reste de sus compañeros, aunque en la base practica las posturas conforman estatus en sitio, esto levanta discordias, pero incita a la conscerción de dualidades en la construcción del cuerpo conjunto, el cambuche de vig back, está por más de 3 días en un mismo sitio, aunque los movimientos en zona han sido constantes, no se ha dado el estatus para permanencia por la dispocicion de la unidad, el llamado en clave les dice que deben acelerar un poco la estancia. Aunque bien la fuerza tiende en respaldo la seguridad, estan bajo la presión constante de omisivas, lo extraño de los efectos de grupos criminales adscritos en favoravilodad, ademas el hecho del porte de indumentaria les hace objetivo practico para armarsen, el respaldo común no basta, el respaldo al común les hace fuerte de unidad, pero blanco de la criminalidad, y ésto les lleva a una ilícita legalidad de camaradería en el porte y el cuidado de su propio parte.
Fue una serie de golpes asestados, y de una respuesta táctica, a lo cuál realmente ha sido un ataque a cuchillo, y la respuesta fue de una arma blanca mayor, y el grito dentro de la tropa del defensor.
-muere por la espada del ejercito de Bolivar- grita uno de los soldados aun despierto, lanzandose machete en mano, en defensa de su unidad.
El frente mixto resultó por varios flancos, la defensa de la unidad plantea no hacer disparos ha menos qué sea necesario, por otro lado la fueste atacante busca encender la alarma del dispositivo y luego de hacer estallar entre sí la tropa, en objetivo evidenciar el sitio, aún en tactica puede ser bien sólo un comando de la muerte paramilitar, pero el sólo ataque de respuesta interior o la autoconfrontación, podría resultar fatídica con la tropa defensora.
Pero el adiestramiento táctico de las fieras de tropas, resulta ser base de respuesta, aunque en el ataque táctico al joven quién empaca y recuerda parte de su dejaboo. En el momento antes de la noche plena o la protúd, volvía del puesto de acompañamiento al pueblo cercano, junto a su unidad mínima, sólo tres, pero en tactica básica de operancia, uno de ellos evidenció ha un aparente campesino furtivo, escabullirse entre el bosque, lo cual alertó, pero en el momento sólo ríen, uno de ellos corre, hasta el sitio en un desplazamiento de saltos tácticos, y ríe señalando al espacio, -acá está la guaca, ¿han visto al espanto?- en completo sigílo, apuntándo con su fusil al sitio.
Se dispone a formar y vacea su recamara, mostrando limpio el arma para la revista antes de la partida y el pensamiento general continúa develando en la misma forma de un sueño en irrupción.
-acá nos estariamos muriendo, de noser por que les ha sabido a vergüenza la vida.-dicta el capitan comandante de la unidad de guerrilla, donde forma una seccion de 25 tropas, para una unidad de infanteria de bloque de 50 tropas, entre razos sub oficiales y oficiales.
La guerra de los carteles había sido casi qué decretada en la fase sucesiva a la guerra de las guerrillas, una mara de samuraias del ejercito imperial fundamentado al día en la heredia Bolivariana, miembros de una yara conjunta en la confrontación de implantar dominio sobre la territorialidad adscrita en su transito expansivo.
La respuesta habría sido fulminante, de no ser por la especie de alarma extraña, donde el desplazamiento paramilitar muestra refuerzos y dominios del medio, y plantea un ataque para rebajar la imagen militar y de paso el ahínco guerrillero, o mas decir de inteligencia o fiscal, para la presencia y el control instaurativo de seguridad en dicha zona.
Esto en manera transversal, había dadose aquel joven al sueño, pero al despertar de hayar ello, un compañero perdido y una baja por su grupo, mas el estallido en otro espacio, le dió a disponerse en guerdia, y confrontar, ha un tercer incrustor, y apuntándole con la boca de fuego de su fusil de dotación colombiano, perdido en la duda de entender sí alzar un disparo de alarma o abatirle por la fuerza, pues apezar de permanecer allí mas de 34 horas, el objetivo nocturno no es visible completamente, aunque una sola chispa, un sólo chispazo les podría evidencíar a kilometros de distancia y como objetivo serían presa fácil de armas de largo alcance.
El enemigo está ahí, y reconoció al espanto de minutos antes, aún sín entrar en pánico, comentan luego de algunos golpetazos, sus compañeros /tenemos a otro/, sólo qué el enemigo ha visivilizado el explosivo dominante de la pieza de artillería, aunque en blanco atacan al material antiexplosivos del cual la base es anfo, y el aturdimiento lo había vuelto al sueño. Las cuentas finales, y el temor por la sucesión de actos, pero el retorno del sueño sobre la pesadilla y el reconteo breve, ya en proy3ccion formaba con su morral a los pies cuál casa rodante o cual caparazón de calamar marino, le espera para el abordaje, aunqu ahora en ves de camión un elicóptero de carga les espera, preocupado por el abordaje, ve nuevas unidades operando para la respuesta, y su nave se aleja en los cielo nocturnos cargando las tropas, y aquel joven dispuesto respira de la sorpresa y de la gratitud de seguir al lado de sus compañeros.