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miércoles, 26 de abril de 2023

el deshinche del vendido, capitulo 5. Manuel Carrasquilla.

 

V

 

 

 

  Los avisos luminarios colmaban las calles, Tokio era un cruce desigual, los alumbrados públicos decembrinos de Medellín se habrían visto angostos, Manhatan en la 7ma avenida de wallstreet no invertiría en tanta luz, Nevada era furor comparado a la estética de la representación, así ni la torre ifel con el campo Elisiaico de Paris iluminado, o Medinna para la noche del heid Alhja desplegaría el fulgor,  siquiera el Támesis de Londres alumbrado no dilataba la mitad del centro luminoso de Washington, un nubarrón de luminosidad cual monte lunar, o pirámide volcánica, o centro de pastizal reflectivo, avistable desde el cielo litosférico, las mejores marcas de ropa deportiva, los mejores electrodomésticos, logotipos de marcas de automóviles, brands de Beneton, brands de Piccus y brands de Forex, todo en un escenario para la mercadería al punto de galguerías, chucherías campestres y demás artilugios de las modas, los plasmas, neones y alógenos, el candil de la luz incandescente,  se superponía en la entrada del post center, el cual iba abriendo de ápoco, un mercado del extrafalarismo el cual se iba transformando en un centro internacional de comercio y negocios, ya aparecían más mercados, estanterías, vitrinas y por supuesto edificios de cristales enormes, el capitolio con los reflectores, el teatro en despliegue, el obelisco cómo fuerte de grúa señalando al cielo igual a Excalibur esperando a su Artur, rememorando el inicio de Egipto entre la campana y la torre, la botella de un diablo puesta al ojo de la aguja, mas el reflejo en el lago Lilcoln la torre de Seattle, los dúplex iluminados hasta mas de media noche anunciando al mundo la llegada, quizá la victoria de los cátolocos sobre el lomo de los reptilianos, el Estrasburgo italohungaro, los samoyedos de los Sunos, las tropas del KanhishKhan en la lista de las conquistas Atilanas y Olmecas, el despilfarre del palacio Griego a lo alto de la roca, en el medio, allí el mundo había puesto una huella pero se definía en marcas de intercambio, el tlc estaba escrito, y la punta indicaba a la luna, los cristales aumentaban y el frio de la calle de humedad en seco por los vapores reflejan el frio diamantado del hielo dominante, era imposible conducir sin rafting, sin rapear, sin deslizar, el conductor miraba por los espejos y cristales del ziker al viejo, quien en su mirada tenía la tranquilidad de haberse salvado del asalto, con los ojos encharcados no sólo por el hecho, agradecía en gestos, uno por el suceso situacional de solvédad y dos por la cara de sorpresa de los dos jóvenes al ver la gran ciudad a la vez de dicke cual yunque de hincapié con una iconología contraria al vector mediático, además del factor sorpresa en el declive de las luces por final de temporada, a tal altura ya nadie se sorprende o admira los bombillos, era obvio, la ciudad respiraba un aire extraño, la bandera en signo de dominación ondeaba al fondo, los jóvenes sorprendidos no paraban de abrir los ojos ante el deslumbrante y luminarioso dominio imperialista, pero replicaban sus cuestionamientos, nadie les oía, la soledad del fin de invierno, el frio del tránsito estacionario, el solsticio de primavera estaba lejos aún; el viejo, pide ser acercado a su vivienda en uno de los edificios cercanos a donde deambulaban, ahora estaban por llegar a al sitio en una ciudad trazada y regida por el compás pendular, por la escuadra, en los trazados de las dos avenidas se mostraban en gala, el nio nio y el geom, allí al final de la etapa fría, donde la soledad complementaba, aunque los andenes rebosantes de automóviles, y los negocios al tope de gentes solitarias pero en grupos indefinidos, el edificio modesto esperaba al viejo quien departió su whiskera con el grupo, aunque sólo bebió de ella el pintor de grafitis; llegados la puerta de un edificio frío de acabados simplistas, pero en elevación inmensurable, el buen hombre dejó un par de tarjetas y la cuota del pasaje, quería luego salir con ellos, el viejo volvía de una cena familiar cuando fue interceptado, eso fue toda la conversación, más de casi nada, habló en el camino, mientras al final daba una cordial bienvenida, pero al tiempo se despedía.

aunque los rateros y el taxista reían de avaricia, por el botín de guerra, ya tenían una proveeduría a menos de seis calles donde dejar todos los objetos adquiridos, allí los botines, eran redirigidos y el tiquet de estadía bien pudiese aumentar, y sabían que bien en la entrega habría compensación, era la elegancia misma de los guetos de Genoa y la saturación de los mercados de plaza de baratijas en Estambul  puestos en el color exuberante de black market  de Osaka, el barrio chino, era la vida nocturna del puesto de Hooper, era el underground vivible de Washington, tampoco es el Bronx, pues hay entrada siempre, al Bronx no siempre hay entrada, pero en este centro de negocios bajos lo único que no había era la salida segura, y era allí mismo en “la considerada” la ciudad más segura del mundo, con la lugubridad propia de un mundo de tiendas con vida dentro, pero con la vida perdida, donde unas cuantas mujeres posan para su negocio pero con gabán y sacos grandes casi con mascara y  extraabrigos, no dejan nada entre dicho, donde los cafés guardan hooligangs, pero la guardia de las esquinas los mixta, águilas y felinos de todo tipo, reggae y rock and roll, los harlistas también se guardan de las lluvias, el tránsito estacionario define que la lluvia leve puede volverse hielo, y obviamente nevar en cualquier momento, dos vueltas un café de autoentrega para donas y café, típico staarbucks con termo para pasar un poco más despiertos la noche, el café claro pero de buen aroma y sabor, un poco acido pero brumoso, también cálido, las donas de mixes, la caja combinaba los roscones clásicos con mieles y especias y caramelo y chocolate, el color se ausentaba, pero el azúcar y las cremas simples engalanaban, la calle de acera corta, mostró el sitio el taxi driver; se a orilló con su turbante, aceleradamente, movido por la noche, toma sólo una prenda extra por encima de la chaqueta, la nbc suena duro, el mix de reggae y hard rock, limbiskit es lo mas rap en la radio estación, el conductor dejó sonar la campana de la puerta, la puerta con la presión del auto cerrado, retumba, la calle por fuera hacía una saturación leves de sonidos, muchos negocios ya habían cerrado, las antigüedades en una vitrina vísta cómo estantería en una ventana, menos de cinco minutos y antes de terminar my way e iniciar one dólar de nirvana, el driver tax ya estaba en el taxi, traía un poco de perico colombiano todos se inocularon, el pintor no podía luego con las donas pero se bebía todo el café, e insistía en reír y pedía cerveza, una lata extra de laca montana colors, ya tenían pastport, el reporte dio buena gana, los animales tenían amigos encima, y las prendas y la info interesados, la colma sería compensar en pago la rayada en la ciudad, un muro por otras, muchos tags y trow up o bulging´s , en el patio del tío Sam.

lunes, 24 de abril de 2023

Sincromatísmo capítulo 7-D. Las Noticias. Manuel Carrasquilla. Cuento en serie.


 

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https://contextoperiferico.blogspot.com/2023/06/sincromatismo-serie-i-de-los-capitulos.html

Feliz año.

 El cielo está puesto en la parte más oscura del firmamento, justo allí, donde ha orbitado tanto el final como al principio del año, las nub...