Buscar este blog

martes, 24 de diciembre de 2024

Tarde Nativa.

 El día aquél, se había púesto, en medio de la semana corriénte, la nochebuena a visperas, la ciudad colmada contrario a las metropolis del norte, provenientes de las magias televisivas, pues la calle tropical, pero helada y seca, aparece saturada de personas entre compras y afanes de la fiesta del nacimiento, la variable de las Pascuas Baticinias, no ha sido nunca una sorpresa el día en el cúal se alinean los círculos cronogramicos, para mostrar las fiestas del "rey quitao", es decir las fiestas del final de la dinastía de Cronos, la fecha alguien ya la ha evidenciado señalandolo o trayandolo al caso del futbol, y es qué, si qué ha sido una falta, pués los tres relevantes para Pelé, cómo es el caso de la corona del soccer mundial, nada raro el antecedente de acostarce siéndo rey y amanecer con el imperio "des-coronao", es decir sín corona, y pues casi un caso similar sucede en el pop, en el futbol se hayan Maradona, igual en desceso o imposibilitación mayor, y le acompañan Zisou, ya retirado o el actual campeón del mundo, el casi legítimo heredero del trono al balón pie global, Lionel Messi, el nuennito 10 gaucho.

En el pop pasa lo mismo, pero el descesado patriarca de la música comercial no se afana, y por más qué el reggaeton se toma al mundo y Daddy yankee se converza al futuro en su religión, el conejito se disputa la usencia al lado del Rabit Slim Shady, pero Bruno Mars, por otro lado no colma las filas esperadas en el sur, o más bien se presenta al streaming desde la casi ausencia de la actualidad del espectáculo, en síntesis, Messi no bacila, para remplasar a Pelé, pero Mars aún no sabe sí la música seguiría siéndo un negocio viable. Esto sólo hunde más en la incertidumbre la realidad del rey muerto, rey puesto, no de "quitao" a colocado, em pero, si define parte de la actuliadad, parte de la duda grande de Ruben, al día 24 en la víspera de navidad, asido en su barriada, la polvora por poco opaca los pickups, pero él sigue en su construcción de tesis apoteosica, púesto qué si Cronos entregaba la corona, el uso de sus glandulas  ¿que deberia haber entregado un duke al dejar su sobrinado? 
En las dinámicas de hacer su parte para la concreción de su investigación final, el joven Ruben, vuelve ha ahumarse la parte restante del cigarrillo al lado de la ventana, el 24 de diciembre justo a las 5:50 pm, donde el rigor del llamado a la fiesta navideña, le invitaba a integrarse a los obreros que en aquel día ya inician a disponer de sus conjuntos dicembrinos, de su ropas nuevas, y de osar bebidas, comidas y músicas guascas, norteñas, tropicales, andinas y antillanas, en mayoría, las jocosidades de las mísmas más ejercicios de concentración para calentamiento, las bebidas, y la concentración de un afuera aparente, las aglutinaciones, inician en los corredores la medicina se dá para evocar la noche mas larga del invierno, donde incluso el centro del meridiano arcaico de lo habitado en la antigüedad se oscurecía y enfriaba lejos de la esperanza de un nuevo sol, y qué más la coartada para bien del compartir o la enseñanza bajo los signos del niño Dios o San Nicholas, así en el ensueño se visiten las los rededores ya sea de los pesebres o los arboles para recordales el compartir de la navidad, las filas de la ultima novena de aguinaldo colman algunas filas, o mas bien las convoca junto al paso en listas de participación, los casbeles, las panderetas y los silvatos se cubren entre la emotividad, para la fiesta del nacimiento, y la ciudad congestiona en conjunto su circulación, apenas se insinúan los espaguetis de las primeras luces evidentes. Ruben continúa en la ventana, sín perdérse de la distancia de su nota, la música tropical paréce un tanto replegada por las alternatividades, otra generación retumba al extraradio, es evidente el naranja del ocaso, los alumbrados del valle iluminan los rostros, los cantos de los villancicos engalanan el frio de los vientos estacionarios del norte, el naranja y el rosa mutan al cielo disponiendo al poniente entre celeste de paso al acuamarina, el sol pasa entre viendo una luna la cuál colma el aire sureño, las longas luces del metro, en la congelación de la luz, superan al resto, la ciudad oscila, pero ya modula, de 110 a 19,0 wts.
El hielo del cambio frio/calor, el cual al paso por la cuenca, séca, y conjuga y endurece el hielo, quizá suspenda la escarcha, así héle el ambiente, los cristales quizá se alongan, como hilos de araña delgados he invisibles, tal ves sólo sean largos cables o hilos finos de hielo, los cuales al evaporarse se aglutinan y se vuelven nieblas o al compensarse y condensarce, mutan en aguas, pero los hilos de frío los cuales y arosan rostros, aunque el valle no enfríe tanto cómo el Altiplano, o los nudos de los paramos, quizá el estado de refracción también replegue a la nieve, ¿dónde apuntaran los clarificadores de aire?
El doble cristal de la ventana, permíte ver discretamente, aunque el fuego del compartir esté encendido en los rituales eclesiásticos, afuéra aún existen, sitios ha dónde no se mira,  y el tener de marco pleno la estabilizacion de estado, ya da una calmita primera, Ruben no se abandona, pero la noche cómo tal, enciende el Espíritu Navideño, lo cuál sería la fiesta de elección de la Divina Providencia, el Pramatma,  el Kheter, Ata Ala, ó El Nirvana, en el ungido, o Cristo.
No todos están atentos, al estado del año, las fiestas se conjugan, la pólvora no debería estar afuera tan cerca de los niños, los vidrios vibran con los ecos de la pirotecnia, pues al mesclarce a las anubaciones sercanas estallan junto a las ritualisticas nativas, la natividad evoca cenas, las noches mas largas del año, evocan bebetas, las nubes estallan y se esparcen, y el cielo se da al destello, pero no hay agua, la estática nos recuerda los cuentos difuminados de lo efimero u utópico de la historia, las barreras de contención de los regalos, no están todas para el ritual, algunos pequeñuelos antes de las nueve ya estrenan sus traidos, los cerdos parece que no fueran ha extinguirse, a pesar de lo apetecido y demandado del tocino, los folclores culinarios dan reflejo, la pigmentacion hace reflejo, la embriagues hace perder reflejos. La botella a los pies del arbol, y Ceraty y Redman en el reproductor, y ha Espinoza y Unamundo a las fichas de referencia, Eliseo Herrera y la Fania en las calles resuenan en los ecos, y se entrelazan al nuevo lance el cuál ha traído la calma de la noche navideña, el espíritu de la natividad recuerda el misterio del nacimiento, muerte y resurrección y el poder de lo escrito haciéndose en el transcurrir de los años.

Feliz año.

 El cielo está puesto en la parte más oscura del firmamento, justo allí, donde ha orbitado tanto el final como al principio del año, las nub...