III
"otra voz".
La pelea por alcanzar la antigüedad de vida militar, de aquel joven en su vida de lancero, quién luego de términar su curso de ascenso de ranger ha llegado a una unidad regular, donde enves de sub alternos cómo esperaba, ha hayado compañeros de orbe en su rango, así cómo un plano de acción el cuál le da llamado ha ejercicios de tropero dentro de una tropa; él el ganador de aquel curso de ascenso el cual más qué inducción le ha dado meritos para ejercer especializaciones militares en su vida de cabo segundo en el ejercito aleman de cualquier nación, con sus marcas de fuga en la espalda, con la marca de una clica antigua japonesa tatuada en su brazo, ha pasado a formar parte del grupo excelso y ya, hécho un ranger internacional, aquel hombre de tropa esperaba almenos más razos en su compañia, pero ve el marco de su rutinaria vida de eleccion, ademas la camaradería de rango le brindaba mas acción común, al del resto de su cuadrilla de breguería, en una infanteria, en un choque estatal, no regular; así las tareas aumentaban la exigencia para el esfuerzo de dicho cabo segundo del ejercito nacional, quién esperaba llegar a una tropa para dirigir, para comandar, para situar y dar directrices, comentar condicionamientos y dirigir tropas menos expertas, gente a quien dirigir, a quien comentar, con quien departir su experiencia, bajo un control voluntario con el enfoque de su liderazgo, su criterio, su formabilidad, su conformismo, pero ha resultado el qué no sólo ha encontrado su realidad temporal, donde sus rangos no sus inferiores regían a su lado y disponían de sus propios criterios, y pues él quien así esperaba sus horas de soledad y quietud, su postre con sus lentes de sol, sus privilegios de comandar, su mejor ración, su brillo por encima, su porte, su clase, su distinción, el prestigio cultivado recobrado en sus instruendos cuán aprendices doctrinales y tácticos, su malicia y dominio y aceres de mas valor, la dominancia mas en rango qué en papa, el tiempo era nada mas el valor del ascenso, él un superior de clase corroborando su hecho, denotando su milicia, su maña, su timo, su picardia y su malicia lo cual añora la mistica, él el cabo no el "mi cabo" acababa de encontrarse en la sujeción de la dominación jerarquica del estrado símil, pero los aventajamientos los cuáles le contenían, operativamente en compañía de un comando de dos sub alternos por un sólo rango, y cuatro compañeros de rango 2 similares y 2 superiores, así había quedado en el medio, sus ilusiones llanas al deber operar cómo razón, pero sín aún medir sus razones experimentales o aplicativas, ya se venía en quiebra emocional al entender practicamente su situación, las definiciones de su vida en la puesta de proyección, le conducían a un nuevo planteamiento, pues su exigencia le postea en el merito, pero circunstanciálmente le ha expuesto al punto donde le ha llevado a una dinámica de presente, donde debe regenerar, su agenda de expectativas, del ordenamiento volvía al deber, pero con la exigencia de su postre y su margen de logro, la dinámica ahora puesta en mayor, el son dificultuoso de rendir, pero el entender la pausa y el descanso o la acción y la interacción, en sus oraciones ahora pedía por sí mísmo para ser su unidad en la parte suya de su equipo. En la realidad el torno compuesto le asentava a no direcciónar y si atender, a no inspeccionar y si ser inspeccionado, a no regañar y en ves ser amedrentado, y muchas otras lúdicas, aquel sub oficial con el rango de Hitler tenía en sí una apuesta la cual no iría al juego conjunto, ahora le toca reiniciar con una segunda mano, no todos tienen la misma oportunidad, por llegar primero él siéndo así de su escuela, há encontrado a su tropa, en una situación de orden de conflicto en área, y ahora también recibe su orientación.