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miércoles, 5 de julio de 2023

el deshinche del vendido, capitulo 8. Manuel Carrasquilla.

 VIII

 

 

Biggui en realidad sintió miedo, el no quiere ver la cara de sus compinches mirándole, de cómo podría haberse palidecido, la invitación realmente no parece ser impertinente, pero así ha visto fugarse de más de un millar de fiestas a sus compinches, y jamás haber regresado, el hombre caído, esta vez quizá fuera él. Mientras el humo de la marihuana no es similar al del perico el cual al sólo al ser una sustancia de inoculación, se hace casi imperceptible, a diferencia de la marihuana, pues debido la densidad de la humaración, y esto más la olorificación hace de aquel humo cuan incienso levantado en parte de incomodidad, aunque desde la perspectiva vandálica, tal  le hace de aporte al evento, la cuota notoria y peritoria del bajo mundo de la clandestinidad, de la referencia con la ilegalidad, el moralismo al desnudo, la verdad de las bambalinas en su parte trasera; así big o y sus compinches se sienten los amos y señores del bajo mundo a causa de sus perfiles de humo, aunque en asonancia, ya que el ambiente liderado no es realmente al de Bob Marley y un porrito suave, puro y de aroma natural, del cáñamo en cannavis sativa, realmente está siendo el de un bareto del bajo mundo de la hipersensibilidad de la vareta, el tiempo de la flor del moño sahumada con la impresión de la cocaína, la agresividad del hiperconsumo y la supernecesidad, el estímulo a los bajos instintos, la agresividad del barrio bajo somatizada, la droga del brujo que fue guerrero, pero parece en su asedio tender la trampa mayor, y los bajos delirios de persecución, el estado de defensa primo, en sus instinto de supervivencia, así se defiende de su propia miseria, para encontrar de su necesidad y hacerla parte en parte, em pero la postura del delirio también les condiciona ha ser los amos y señores de la fiesta en su postre de ser ya así la delincuencia notoria, ya que campiranos en un punto de vista profesional han sido los dueños de la fiesta por de sí, para la postura tacita del barrio bajo, del bajo mundo, de la anarquía o de la inorganización eran así en una postura vacua, en una realidad irresponsable en la mentalidad de quien se daría como cuota, legales en comparación a la negramenta del barrio bajo, y en sus postres de negocio, ya se movían en un enrute mayor. 
-niche, las dos jóvenes que se acercaron hace un momento, ya han salido por dinero para que les suministremos, compraron un poco y lo han llevado consigo, yo pediré, un domicilio en moto con un paisano de la ruta, esperar ha que foy nos vea enmarihuanados o que consiga cocaína es esperar la muerte pronta y que llegue por cuotas, así qué ellas posiblemente trafiquen o puteen para nosotros.- el bandido comenta en vos baja al sentir el asedio y suponerlo.-esperamos poder pagar por el derecho de esto.- el gran jefe del sitio hace el qué ignora el asunto.

-negro te he pedido de buena manera que vengas a la parte de atrás. -

Fue la prerrogativa, pero el negro de buena manera atiende, y se permite acompañar a su compañero, de una condición disimulada, y con un poco de poder devuelto y el as de saber que puede interferir y aportar a la bolsa mayor, y esto le daría regalías.

-ahora me explicas mejor- mira el negro quien le acompaña, y luego se dirige a su compañero, -sería ir simplemente, pero sería bueno que pidieras algo de tomar para la mesa, estamos secos y no reparten cerveza. -

-aun- inmihuye El campirano.

-no se cómo ha de ser, pero el licor ya se fue y terminamos un quinto vaso, entre todos.-

-es sólo que se acerquen a la barra, o que envíen alguien al bufet de licores y pidan servicio a la mesa, ha menos que quieran cambiar de sitio y tal sea temporal, pero en la medida qué llega gente y con la bolsa puesta deberían permanecer. Te pido no apagues el blon, parece de buena hoja vamos a la parte de atrás, y mantenlo encendido. - sólo un escolta acompañó, pero toma el arma en la mano, el otro se queda en la mesa haciéndose señas con su homólogo, en la caseta la cual hace de base central.

El camino es llevado por un zaguán de baldosas rusticas caoba del mismo tono al del patio mayor donde yacen, además rodeado de plantas y materas, las ventanas de los cuartos aumentan, y sí hay algo de relación, algunos barandales, y muros bajos de separación algunas pocas escalas, pero un rodeo de seguridad ha una casa enorme, quizá desde arriba se vea la ciudad, para el tiempo ya parece un poco más vieja, pero igual el corte es de pandilleros del oeste, o quizá una mezcla de un castellar greco.

-niche relájese, que ahora todo va ha ser espectacular quizá traigamos un par de carpas y luces y neones y estrover, y llenemos las jarras y los vasos y putas y delirios y traficantes y clientes y armas y espectáculo abierto; puesto a estas horas ya están todos acongojados, achicalados, apenados, avergonzados, enchimbados, están jodidos prácticamente, pues vienen de casa y todos buscan calorcito, chimenea, la conquista de la noche, el polvito para mañana, el primer (guarito) saquesito, pero más tarde ya más luego de mucho licorcito buscan entonces ese polvito que usted y yo sabemos.-

-patrón olvídese, qué eso para usted es gratis, además con el negocio que me va ha salir yo le voy es a llenar el banco de dinero legal.- aun sabiendo su propósito de pretensión de dominio sobre venta y lucro.- pero para esa gente eso vale ojos de la cara y dientes y joyas y billeticos arrugados y tarjetas de crédito etcétera.-

-a ello es a lo que refiero, usted me ha hecho ver otro negocio. - he introduce su discursiva para gran negociante, quien prepone la grandilocuencia practica del enredo y la jugada precisa para esclavizar casi hipnóticamente los poderes previos que yacían allí. -negro tu te manejas bien como un negro que trabaja para un blanco, o mejor dicho para la pasta blanca.– ríen entre ellos, el escolta asume autonomía he ignorar la discusión, big o, le mira. -por él no te preocupes- y le señala mientras el tipo anda con un arma corta de un proporcional proveedor, - él sólo entiende Japones o canterano, lo cual es así una especie de chino clásico, - es cuando al ver los ojos semi achinados del campirano qué el negro se confunde un poco con el asunto.

-yo amo a los chinos, ellos si saben pelear, además se ven sexis en calzoncillos para peleas sentados, yo me mandaría 5 de aquellos chinos japoneses, pero en un catre con vaselina, ya que en un cuadrilátero no alcanzaría medio salami en contra de uno de ellos.  -

-ahora no hablemos de ello, los chinos son de China y los japoneses de una isla cercana pero somos nosotros de Japon, como decir Estados unidos y Jamaica, ahora este no es el tema y lo de que te guste ho no la nalga del chino es tu asunto, pero mira campeón que podemos mover kilos, y tú puedes iniciar ha darte esa gran vida, joyas, lujos, calzones chinos y todo eso que te guste-

Biggi o agacha la cabeza, y sólo opina

-más responsabilidad, más compromiso, más dinero, más difícil pero más fácil. -

Y viendo hacia déntro el espacio, midiendo al alcance la dimensionalidad del invernadero trasero, que apenas está encendido y sólo trabajadores y algún que otro curioso ve la decoración, aunque apenas arreglan los másteres de la ponencia pero ya es sitio en graderías y demás, tal se encuentra sincronizado al evento, en el estarse allí, una de las persianas de una de las ventanas muestra completamente una de las habitaciones, era una de las chicas que se habían acercado a la mesa de sus compinches, y allí estába a punto de perder su vestuario, jugándose la cinta alta, jugándose su erotismo, jugándose la interioridad, jugándose su sector ínfimo, compartiendo visualmente su interioridad, pero dominando al otro desde sus bajos instintos, ella perdída en la sensualidad de su prematura sexualidad, en su postre de mujer quien ama y es amada, pero realmente da un beneplácito a cambio de un interés, la explotación del marco capitalista o mas bien utilitarista, puesto al servicio de la humanidad, la servidumbre de la mujer, y la cutis impecable para la percepción biónica del negro, quien piensa qué a tal mujer le hace falta sabor o negrura pues sus movimientos sensuales al ritmo de un bossa-nova de fondo, en la música del recinto, y ella delicada mente con la sensualidad gourmet de una blanca de clase alta, se quita la camisa en un sex tab es decir, un estriptís de topples o sólo la parte de arriba y quizá un baile erótico, privado para un par de pervertidos quienes sin poder espabilar o palpar o al menos decir basta, se aquietan para ver la seducción del acto encarado. El negrata paso por alto todo el escenario, pero se centra un poco en el ring, mirando entre un lado y el otro con suma cautela, dos lados del adentro desde afuera, el adentro del invernadero pero más adentro el ring de pelea, y adentro de la habitación pero más adentro los senos delicados pequeños y usados de la joven, al ring el tipo que ha determinado con anterioridad, un rapero de cerca de su barrio, quien limpia y ultíma aquel espacio sin contrincante alguno, pero para biggi es su rival de brookleen en todo, y de verle allí puesto sólo de atención le acabaría, su codicia le lleva, pero su blon de marihuana es casi que arrebatado por el viejo, quien parte la parte de atrás del marihuano, la parte por donde han fumado los negros, y de lejos percibe la envidia del joven apostador contra aquel afro más joven y trabajador, así en la mera parte que le queda, unta de un mismo polvo seco y sin arreglos químicos y lo humea, parece untárselo, y lo conjura y llama a sus espíritus, y agradece al tabaco y llama al elemental de la coca, e invoca al espíritu de la marihuana, y se hace círculos por encima, y lo revienta, pero al tercer humo no lo devuelve al negro quien espera distraído, centrado en el erotismo de la situación, pensando en estar allí dentro, y pernotando la mirada hacia al joven al cual odia discretamente, así toma la pata el viejo y la invoca y la agradece y la esparce por el aire con humo, brasas, cenizas y contenidos y papel grueso de fumar, pero devuelve la parte restante de atrás aún babeada, y pequeña que había partido escrupulosamente al negro, asumiéndole,

-se ha apagado, debo volver-

el negro se ha perdido, entre la lujuria y la envidia, quizá desconoce a su oponente pero no saben expresárselo. Y pues falta el sostén, por caer, mientras la chica para y se onocula una dosis pequeña y su enemigo frega el piso, mientras bebe un poco de redbull.

-a quien miras- ya que la postura llama la atención del viejo quien busca retornar, -mejor hablamos luego, por lo pronto en media hora llega un domicilio de al menos media libra de alcaloide, espero puedan distribuir, requerimos platos, pitillos y un expendio abierto hasta las 4 am.-

- que rico ser parte de la mansión de tus sueños,       
niña de barrio, niña de predio niña de mirar lindo;      
que diría tu padre al verte no oliendo y sí hueliendo, 
toma un poco mas de mi dosis calmara tu dolor.- susurra el biggi frente a las dos situaciones una fracción en proyección de ira y de instinto envidioso y homicida, y la otra fascinante, delirante y lujuriosa.

Sale el hombre en su rumbo, mientras le sigue el escolta, el negro les sigue, pero se ha quedado bien atrás, en una hermosa mansión gigante.

 

 

Feliz año.

 El cielo está puesto en la parte más oscura del firmamento, justo allí, donde ha orbitado tanto el final como al principio del año, las nub...