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jueves, 20 de abril de 2023

Prosas. (Sín Titulo) Prosas en sonetos. Poesía. Manuel Carrasquilla

 

La manera de esperar ha sido tiempo, en ti.

Quizá la diferencia sea siempre un motivo

Siempre vuelve a ti el recuerdo del olvido

Así La ligera espera en decidir, algo por ti.

 

Nunca dieron tanto, Las hojas de los olivos,                
Las diluí en mí mientras en suave vuelo                          
La palabra mía ésta, iba hasta tu alivio                       
Tocar el suelo de nuevo, y creer en tu vos                       
El olimpo nunca te quiso, sin latidos limpios               
Las sístoles y diástoles de nuestro duelo                  
Eligen los laureles que denotan tu elegido                    
Una erigida limpia argiva tonada libre                       
Como el amor que hemos de mi álevos                            
Regué de mi ex cáliz el huir de lo erguido                                 
Mi hur de la cicuta mía, hizo quebrar sús voz.

 

Continué el rumbo, por el cambio al rublo

Por ti sería así el humo mientras vuelvo

Así El rúbio del humar del viejo pueblo

En ti No bastan las amapolas que anublo

Las cornisas y los zócalos habitan hilos

Que trasiegan los inicios del frio hielo

El silencio de un niño interior en vilo

El barro ha instruido la vara del vil

El frio conserva al fuego no al ibli diablo

Pueblo viejo, agúanto tu retorno limpio

Mi hurem espera en algún trozo del cielo

En el sitio de siempre, Al lado de los viejos

 

Miéntras seámos los mismos fúgitivos de entregar una razón a medias, la éspera por ti nunca ha sido  de la relevancia, la mira odisíaca, el esperarte siémpre, hasta el día que podamos ser, los vuelos nunca tomaran retrasos eternos de nuevo. Yo sigo velando al nido del cóndor, pero vivo cerca al del guacamaya, aquel que replegó dado a la sobrepoblación de sus pantanos de palmas, los arboles han echado raíz, en su entorno, los contornos fluorescentes develan que el retorno sigue en pausa, pero se ha de saber que llegará.

 

La Odioseada opta en Jeremías. 

Nada ha sabido ser, sólo dos. Tiempo en búsqueda, amor perfecto, desilusión plena,  acobijo de soledad en la vejes, trozo de optabilidad a la Luz la razón. Sentido en sí, la eternidad sólo acobija a los dioses, el olvido fue veneno pútrido. La verdad memoria sólo allí palabra, eternidad apertura, la dulzura para ensalzar laureles. El tiempo percibió, el óxido optado por el no tiempo, y lo relativo cubrió el MC  al cubo, el magnetismo en condecore, revistió la esfera, sigo en la búsqueda de tus besos. No recuerdo más qué el primer tuyo. El vinagre ha tomado, punto, las palabras pierden sentido pero parecen absorber importancia; observo cabizbajo; percepción del sóbrio, ésta acobijada en la sombra, revisto príncipes mientras, carcomen el antiguo reino y enpalman al Ming y al Chan cuales debían estar al abrigo del resguardo de una celestial odisea. Los guerreros no han querido fulgir ni optar por el alma totalitaria, el norte y el sur encuentran destino, prometeo de baco embriagado y con un mono de terciopelo se ha jugado el traje de Orfeo, así el azar viaja hasta la cima del olimpo en rescate de Afrodita, ahora extraño más a sus besos elaídicos.

Manuel Carrasquilla.

Feliz año.

 El cielo está puesto en la parte más oscura del firmamento, justo allí, donde ha orbitado tanto el final como al principio del año, las nub...