El cielo está puesto en la parte más oscura del firmamento, justo allí, donde ha orbitado tanto el final como al principio del año, las nubes traen las humaradas impresas de las fiestas relacionales en los meridianos, y cada año usa su siglado de index, de un año a otro, las pólvora apenas reposan, y los globos de recreo salen en sus filas de orozcopo celta, y de final de año gregoriano.
Los olores de las ropas nuevas y los tips de los conjuros o los rituales de costumbre, para la noche mas larga dentro de la cabañuela del invierno, ní el día anterior, menos el festivo del día siguiente, ya ninguno da a la merma de los licores y humos para la celebración comunitaria del año nuevo, así como en el reste del globo, el año viejo se pasea hasta la media noche en la gran expansión del territorio, y el sol qué no se enciende y no se tiene a ciencia cierta sí volverá.
El día de la variable tradicional, al calendario de sincronario occidentalista, el cual entrealinea las funsiones clásicas de las medibles de tiempo, una de las diversificaciones de la motivante para el víro del ciclo de soles, los ciclopes mahories ya tendran visto al terruño y la orchata para hacerce a su sole del mañana anual, aprovechandose de las segundas cabañuelas para enardecer las vacanales de los prontuarios, y las bolas de gases, sólo motivan a los basurales de los nuevos siglos, y los metanos propanizados, y se imagina aquel héroe llano, tanto el filtro del briket, cómo la válvula del colosal carruaje, y las sulfaciones de los escapes, y del au platinado fundido en aquellas depresiones, y los siñes de los planos de las arideces y los bochornos mas las imposibilitaciones qué parecieren eternas.
Sol ausentado, se abre la cercanía del encuentro sólstico, tras un encuentro milenario al inicio un reino eterno, hasta el momento entrante, se abre un margen de noche tensa, pues la fiesta avivada, aplena desde el callejón solitario al lado de la tienda de drogas, donde el hambuente densificado en solventaciones y humaradas, las alternidades de las músicas modernas colman los sonidos donde se explaya el humo, ya de allí hasta la tienda de mercados la cuál se aglutina de clientes en busca de cervezas y vallenatos para ahuyentar al frio de diciembre.
La pólvora tal vez llegue con la baja de la prontúd, la cual entre abre al nuevo ciclo y devela el ya iniciado.