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sábado, 24 de junio de 2023

el deshinche del vendido, capitulo 7. Manuel Carrasquilla.

 VII

 

 

 escoltado por cold el feliz ganador y otros espalda plateada de la manada, llega hasta el balcón el cual le ha hecho de atalaya en lo cuál bien parece la casa de su residencia o de vacaciones, y más para un festín de invierno donde la nieve ha cesado por menos de una semana, y en su camino por las escalas saluda de apoco y una que otra mano tendida demostrando su afinidad al poder clarificado, en una marcha lenta pero constante y segura llega hasta el portal del espacio qué biggi, tiene para sí y los suyos cómo guarida antrópica en la alta vista de la alta clase, aquel hombre se queda en la puerta, uno de los escoltas el cual alcanza al grupo, con su buen peinado casi hasta la cola con cera y lamido hace el pedido adelantando al grupo y ha su colega, pero en referencia al grupo el cual yace en aquel lugar, referenciando primero, y tratando de reconocer a cada uno, esto incomoda a big o, quien se siente aludido, por el hecho y ve una referencia casi  áurica en su retina, siente estár siendo observado sobre medida, y recoge aire y trata de medir por toda la dimensionalidad a quienes apenas se acercan, quizá con el optimismo de comandar y tomar posición por encima, aun sintiéndose él, pero aun sabiendo qué no iguala el poder de la apuesta oficial, así también se viese ilegal, intimidado en cierta manera recurrentemente, por poder de dominio para manejar sus ánimos y dar control a la situación, donde ve el deber de dominar a medída de dominación o de domínado, y haciéndose de quien está dispuesto a obedecer, pero busca el primer medio para el dominio, y en su manipulación evidente, recurre al poder del envolvimiento con base al humor, dando el show de quien sabe  dónde pende, pero aun sin entrar ha otorgar su dominio y buscando cómo una hiena en peligro a su territorialidad, y en su mesura de pérdida, monítorea el área, muy díscretamente, sabe qué cománda la atrocidad, y su odio contra el poder no es más que las ansias de dinero y lújuria en desmedída, se adueña del poder pero realmente el mismo carece del poder de autocontrol, se desconoce. Y la excusa de ver la pelea le lleva a tener dominio de torre y de base, así frente al entorno simulando estar conectado, pero primero atisbando en cierta medida, talvez el estar tan acorralado que en cualquier  momento podría ser atravesado por un par de disparos o lo qué es peor aún esposado y sacado cómo ha una rata luego de una serie de laceraciones y contusiones a su bello esqueleto, a su cobertura grasea, a sus fauces tambaleantes y el desarme  a su bandola, a su conjunto de esquema corpóreo el cual sin remedio cuida por razón de huesos, y allí seguían cold y los demás gorilas acompañando al viejo, observando en la puerta cómo asumiendo un ¿hasta cuándo?

-no creo que sea esta buena hora para molestar a los negros en un barrio tan peligroso- comenta Biggi y se hecha a reír al lado del colega que le cuida, el resto de los hombres del Big, uno en el puesto de la mercancía en una terraza en una mesa con sillas de verano y otros dos haciéndose de buenos asistentes mediando qué habría; la mesa del solárium cuenta con visitas recurrentes, e insiste en actos sarcásticos.

-oye querido amigo, creo que uno de los corredores debe abonar la cuota de las apuestas, el otro creo que deba moverse para permitir el flujo. - induce el hombre el cual incita a bigi quien se encuentra sentado sin pensar en abandonar el sitio de la terraza.

-no creo que pueda responder y más sin conocer mis dividendos, pero están de suerte, yo soy quien les moverá toda esa bolsa, de inmediato mandaré por mis hombres.-

-no se sí me haya hecho dar a entender- y ríen todos a carcajadas, big o pierde un poco el impulso, pero el galgo continua. -oye yo sólo quiero que te muevas y por favor evita a tu gran madre otro dolor de cabeza, ayer no te despacharon por el desorden que te traes, no creo que perdures mucho así en el DF, ahora por última vez, te recuerdo, sólo nosotros somos casa de apuesta, nadie más corre y por favor muévete, qué está será nuestra sede de entrada y mi jefe quiere ajustar unos asuntos. -

-la verdad yo sólo estaba acá un rato haciendo fila, pero si ya pasaba, para otro lado, pues la verdad me pidieron un poco de cocaína y pues no quiero perder el tiempo, si a ustedes se les antoja un poco yo les comparto, desde luego para ustedes tiene descuento de la casa, además la verdad hace un poco de frio. -

El hombre mayor quien coordina se apiada un poco y decide dejar ir de buena manera al hombre el cual le parecía un poco graciosos por lo pintoresco, ya que  su traje se perfila un poco pasado, además figura fuera del perfil propio, y más con la figura oblicua y pues su performance y ahora tragándose las palabras, y pues sólo aduce para dar un poco de veneno al saco.

-buen hombre podrías comisionar, o hacer algo en favor de este show, pero por lo pronto muévete un poco, quizá te comparta algo si cuidas de la bolsa.-

Saliéron sín pena ní gloria, aunque los zapatos del big o estaban en su sitio, y ya sabía de la combinación pintoresca, y su buen perfume, y sus artilugios del blinde para la ocasión, así sus anillos y sus lentes en la frente disimulaban un poco los pegotes del polvo en su nariz, y salieron no sino para tomar base a menos de tres mesas en el solárium donde ya sí que tenían una gran franquicia, el mesero pasa con bebida, todos toman, he incluso  dejan un par de vasos extras en la mitad, el mesero se queda sin servicio y vuelve para seguir despachando, pero la ceremonia sólo se abre desde allí, la fiesta de antesala se pone al lado de una luz la cual resplandece con mira al sitio donde ahora se ubican los campiranos, quienes en su orden toman sus  fichas, tiquetes, papeles, balotas y ficheros o talonarios, pero la atención desmedida y mas con la iluminación, fue luego de mover el cojín donde antes se sentaba big o, y mandar al staf junto a los escoltas a sacar la silla, además de acercarse a la ventana sin estar de rodillas, desde aquel balcón externo con techo, una caseta acondicionada para el evento, y de mira al público el cual sigue  sumándose a la noche, con el micrófono inalámbrico de antena, aquel enser dorado, con el oro y las piedras brillantes del cuello, en mira al público sin espera, se dirige en replica por todos los alto parlantes del sitio, el hombre quien condiciona los actos de la clandestinidad del nororiente, sin justificación alguna jugada, púesto fácticamente, y con el dominio del campo desde la ventana y protegido de la luz directa, con un par de lentes de sol raiban en marco dorado, con letras reflectivas inmovibles, ajustando los talonarios, quien no es así un vendedor de loterías ni lotos si no, el dueño de la lotería misma, soltando la fortuna y revisando algunos nombres y algunas cifras, quién no tiene más que gallos, que mandaría a tumbar todo un bloque para saciarse de una carrera de caballos, y revisando someramente, opaca al mismo brillo de las estrellas entrantes, pero todos en busca de la puerta lateral, puesta cómo la puerta central en escena, rodeando un jardín con una alfombra magnifica de rueda a preferencia, escalas o planicie en una vertiente de fácil acceso, con dirección a un décoro limpio y con palmas nórdicas en materas y en el suelo mismo, con los reflectores los cuales desvelan la ciudad que duerme, y tales demuestran un llamado pero por ausencia en pleno de nubes, cada que les extingue, descansan las luces caminantes sobre la bella mansión, y una escalinata con una luz seguidora que bien podría tener todos los pleitos de bandidos por poseerles y todos los líos de estrellas pop por abandonarles, pero por poseer ha su jefe y hacerle lucir las gafas en colección del desván, allí le suelta el resplandor y matiza al brillo para acompañarle al inicio, él a un costado, dueño y amo de todo, exhibiendo el poder de la fortuna, e incitando al anhelo de los apostadores quienes de inicio ya desean sólo ganar pero ahí ya han perdido el primer puesto, y al rehacer números no se hace, devolver apuestas tampoco, sólo queda vender sin devolver juegos, a menos qué sea en favor de la casa o haya un golpe de la fortuna.

-señoras y señores, sean ustedes bienvenidos ha este su evento, la casa de apuestas, ocx ha iniciado el juego, ya están listos para todos quienes deseen en lo máximo, invertir en el azar, la suerte y la fortuna, jueguen ya… y por favor disfruten de este maravilloso coctel que bien sería molotov, pero para mi es margarita.- Interrumpe mientras todos le felicitan, pero él ansioso le habla ha su grupo mientras apaga el micro, -acaso saben de donde viene ese olor?- y todos miran a la mesa de Big O, quien se fuma un porro el cual aromatiza todo el espacio.

-allá estábamos bien.- comenta mientras se acercan más de sus secuaces, -pero acá haremos historia, ya podemos promocionar apuestas, hacer ventas y hacer vida- mira a los otros dos hombres quienes se acercan con sus respectivos vasos de licor.- haber mis bebes, y que han traído para su negro?- la lista se queda corta pero es nutrida, entregan un bíper, dos celulares, un reloj, dos anillos y varias monedas de cuartillos y muchos billetes de baja denominación, esto se dá en la lista hecha, así no tienen más que más, ahora ya se han sentado a esperar, mientras su jefe de patio al aire libre, en la silla del frio y el rigor de la iluminación, más los sacos y abrigos extras, más el licor y la cocaína, big o ha decidido prender un tabaco de marihuana, para ahuyentar aún más al frio, además de llamar cliéntela, pues cuálquier posíble consumidor sería bienvenido, asimismo deben, para estar acondicionados, él quiere fumar, para distraerse, pero su blon deja humo y olor al aire, esparciéndose por todo el recinto, ahora viene uno de los hombres campiranos hacia el sitio, con dos de sus escoltas, -esto es un éxito- comenta Big o.

El jazz se ha puesto de lugar mientras toma al espacio abierto, las melodiosas teclas del piano y el contrabajo resaltan las rítmica de la batería con los mixes de golpeteos, mientras una trompeta oscila con un sax para matizar y dar valor al cuarteto básico, qué sube hasta blues, -debería sonar una eléctrica y dar una triple secuencia. -  opina el campirano quien está a punto de bailar, y pues se acerca de apoco a la mesa.

Una terraza de baldosas rusticas de barro, las cuales lindan con pequeñas zanjas de un antejardín el cual en pasto se muestra cómo para campo de golf, los decoros de los arboles se entremezclan con una arborización típica de la flora de los ecosistemas del norte, el aire está acondicionado por los mismos en su quietud eterna, del congelamiento atmosférico, pero el licor pasado con vodca motiva al aire y las paredes blancas pintadas con cal y los bordes de esmalte asentan un poco el calor fijo de los espacios, el espacio abierto permite dejar entrever desde la posición la fortificación de una casa mansión o más bien de un castillo rediseñado, donde las torres se míxtan y se fusionan a los acabados pero las ventanas con paredes reforzadas, y de rejas en los primeros pisos, con un par de balcones qué determinan una continuidad y pasillos de aleación interior, pero es el blanco de la cal con glicerina salada que en su nácar, cómo color dominante  redefine la amplitud y la permanencia del espacio articulado, la magnanimidad de una construcción incrustada, bien parecería la conjugación, en sólo la punta del ijberg, pero es realmente el esfuerzo del conjunto de los materiales, y el trabajo permanente el cual bien habla de una relevancia sencilla y una mantenencia económica de un edificio, para una edificación de estructuras conjugadas y aliadas en favor de la posibilitación económica; los materiales mezclados pero somatizados y las altitudes junto a la dimensionalidad dan a un nivel de imposible acceso pero también de imposible salida aparente, ya en la parte de arriba las marquesinas y los juegos de las terrazas internas con los solarums de cobertura contraen los juegos climáticos, el viento escasea y la quietud sostiene las plantas colgantes casi secas por la cruenta salida del invierno en el fenómeno del niño relevante, el 93 inolvidable del frio carente de lluvia, del frio carente de nieve, del frio carente de circulación; pero el espacio no carece en pleno de la dicha la cual le pondría en el mejor condicionamiento, las puértas están abiertas a una sala inmensa con una recepción en plena de diferenciales, un lobi acondicionado a espacios, aun con algunos centrales y otros vips, las ventanas muestran a las gentes al abrigo del frio, la chimenea deja ver sólo el humo el cual vate por la parte de difícil visibilidad, /papa Noel ardería por tal chimenea/ comenta el afro quien muestra el humo y la primera parte anaranjada de tal, las estrellas hablan de tal, /mucha gente famosa, mucho espectáculo, deberíamos hacer lo nuestro/ los comentarios siguen y biggi fuma y observa, el camino habla, la sala de la terraza con las típicas toldas de hierro hubieran sido píntadas, pero las flores parécen rastrojos o sisañas, carácen de decoraciones de flores mismas, los rozales de la parte alta entre todas sólo una flor de rosa; la ciudad desde una pequeña colina donde se ubica la gran mansión deja entrever una ciudad soñadora, donde las luces y los clapsons muestran que la ciudad permanece despierta, pero no ha perdido la luz, y las líneas de los trazos agudos llevaran a encontrar en algún sentido todas las esquinas de los lugares los cuales muestran sus diagonales, /la casa blanca parece despierta pero dormida/ comenta uno de los afros sumado a sus cuentas señalando al capitolio en lo lejos, y girando el rostro para onocularce otra dosis de metanfetamina revuelta con cocaína, el homenaje de obelisco a Lilcon hace un show que el taq majal, lo hubiese presentado en su tiempo, y sigue mostrando la infinitud del cielo y la pequeñez del hombre en una grúa de carga inmóvil y casi inservibles, las sillas se helan pero los peldaños de madera de soporte de tales aguardan el frio acumulado en la totalidad de las partes de hierro, los culos se debían mover, pero el espacio aun sonaba jazz, /quiero una negra para bailarme uno de los ritmos del caribe amacizado, en una fiesta de la cuadra apeñuscada con tres chivos y mucho wiskey barato, éste licor insípido no lo alcanzan a saborear o ha distinguir mis pupilas de negro, quiero una negra para candonguearle toda la feminidad pero también una negra que menée el culo y que lo muestre cómo sí fuera verano, y rompiéramos un hidrante oxidado de viejo y por los meaos de perro, para tomar el agua de la que carecemos por los recortes, o de la que no bebemos por ser negros, pero sudamos y nos secamos, quiero agua o sangre pero prefiero la cocaína antes que un licor que no sepa a nada así sea barato, o prefiero más una negra que mueva el culo con la música de mis putos negros libertos./ comenta biggi, con su odio y su anarquía de odio acumulado y con su venganza injustificada, y sus miedos a la muerte y a perder lo que ha cultivado para sí, y su vergüenza de tener menos que otros o no ostentar más poder, y necesita hablar duro y quiere golpear y quiere asesinar por lo suyo y lo hace, ya su coartada está casi lista, pero él sabe que tomar su presa le cuesta, y su tropa muestra lo que no ostenta la gente a la cual tiene presa de su elegancia, aun así no entiende a que nido se ha metido, en uno de los momentos justo cuando se pone en su visión pendicular aquel viejo campirano, al cual observa como aun obsceno y vulgar hombre de poco poder, con su mirada puesta, en él, el viejo sigue acercándose, lo cual le hace entrar en estado de nerviosismo, púesto qué la fuerza de sus escoltas le hace entrar en razón, pero la razón le lleva ha revisarles los puntos débiles, pero ya a tal altura las armas están más visibles, pero vuélve a sentir al afro que paso con overol cargando algo, y vió un enemigo mayor en su plan, y sí era el negro joven de Brookleen su adversario, en la escena. El viejo le impidió verlo, uno de los acompañantes rompe el Cruze de miradas, pero es más la intimidación.

-oye a quien viste? -

Pero no alcanza a contestar y mientras va por la otra bocanada de humo, y el hombre qué ya está cerca le pide de buena manera

-oye deja eso por favor, no vas a echar ese humo toda la noche y menos en la presencia, que además puede perturbar a nuestros invitados y por ende a tus clientes, y pues si es qué lo requieres sería mejor que fueras a la parte de atrás, deberías saber que el humo es un poco escandaloso, o si prefieres lo podrías apagar por la conformidad de todos.- big o se queda mirando al blon, con cara de arrepentido, dentro del cuarto de la terraza ríen, abajo aun llegan coches, y las super estrellas resplandecen. -hazme caso, y sereno moreno. Acompañame a la parte de atrás.- 

Feliz año.

 El cielo está puesto en la parte más oscura del firmamento, justo allí, donde ha orbitado tanto el final como al principio del año, las nub...